De hecho, los niños españoles suelen dejar de usar el pañal de día antes de los tres años. Más del 60% de los niños dejan el pañal de día cuando tienen entre dos y tres años, mientras que aproximadamente un tercio lo hacen antes de los dos años. Asimismo, acompañar al niño al WC es la rutina que de forma destacada hacen más los padres para ayudar a sus hijos a hacer llevadero el proceso de dejar el pañal, y curiosamente, la segunda más destacada es recurrir a estímulos positivos como por ejemplo, comprarle braguitas y calzoncillos nuevos.
El proceso de ‘hacerse mayor’ pasa por involucrar al niño en nuevos retos y obligaciones, utilizando siempre la clave del juego. En el proceso de aprender a ir al baño solitos, lo primero de todo es averiguar si el niño está preparado, porque no hay una fecha establecida. Como norma general, hay que considerar que gran parte de los niños logran el control diurno de los esfínteres entre los dos y los tres años, y entre los tres y los cinco años, aproximadamente, se adquiere el nocturno.
Para iniciar el control diurno, es importante tener en cuenta observaciones como poner al niño cada dos horas en el orinal, valorar positivamente cuando consigue hacer pipí, y cuando lleve varios días consiguiendo utilizar el orinal, aumentar el intervalo a más de 2 horas para normalizar la conducta. Una vez controle el acto de orinar será el momento adecuado para iniciarse en el WC.
Una vez conseguido el control diurno y el pañal esé seco durante una o dos semanas seguidas, será el momento de retirarlo por las noches. Es importante iniciar la rutina de ir al baño justo antes de acostarse, y “jugar” a soltar y retener el pis varias veces cuando vaya al WC con el objetivo de que el niño/a adquiera el control.
Los papás deben tratar estos temas en un ambiente relajado, comprensivo y sin presiones, ayudándose, entre otras cosas, de juegos y toallitas WC para hacer sentir más cómodos a los más pequeños.
Al empezar el aprendizaje, hay que asegurarse de que el niño comprende las sensaciones, las palabras clave (pipí, mojado, sucio, WC…) y el porqué de cada acción higiénica. En este proceso, los padres se convierten en el referente natural para su hijo.
Es recomendable que los papás motiven a sus hijos para que los niños desarrollen sus hábitos de higiene, que hablen con ellos, repasen juntos los pasos que deben seguir, practiquen con ellos y den ejemplo, y que presenten estas habilidades como un juego, el aprendizaje debería ser un proceso divertido. |
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